lunes, 30 de agosto de 2010

Histórica Campana Sustraída Hace 20 Años de Iglesia de Livilcar Vuelve al Pueblo



Don Felix Tarque quien fue siempre el encargado de tocar la campana no sólo para llamar a misa sino que para circunstancias especiales hasta el día de su muerte, nunca pensó que el recuerdo que él dejó impreso en la campana de la iglesia de Livilcar iba a ser la clave para recuperarla tras haber sido robada hace casi dos décadas.

Así lo comenta su nieta Gloria Tarque quien recibió la información de boca de su padre que le comentó que su abuelo había escrito con un clavo “recuerdo de Felix Tarque”, escritura que ayudo a la policía a identificar que la campana que estaba siendo comercializada en Arica correspondía efectivamente a la que había sido robada de la iglesia.

Después de muchos años, la campana que data del 1700 nuevamente está en el pueblo gracias al ministerio público, a la Brigada de delitos contra el medio ambiente de la policía de Investigaciones y al programa defensa jurídica de la CONADI.

Mientras los tribunales de justicia hacen su trabajo para esclarecer las responsabilidades en la pérdida de tan importante patrimonio cultural, los encargados del museo de San Miguel de Azapa- lugar donde estaba en custodia tras ser recuperada- la devolvieron a la comunidad que se hizo presente en el lugar y donde se dio cuenta del largo camino transitado:

Como feliz coincidencia la campana llega al pueblo de Livilcar en la celebración del día de San Bartolomé santo patrono del Pueblo

El gobernador José Durana creyó propicia la oportunidad para junto al comisario de la policía de Investigaciones, Nelson Oyarzún, participar de la inmensa satisfacción de los habitantes de Livilcar por tan importante logro. “Feliz como gobernador y ariqueño ser parte de esto que sin duda es un acierto del pueblo de Livilcar, de la policía de Investigaciones y de la CONADI al recuperar este patrimonio histórico”, sostuvo la autoridad.

El prefecto de investigaciones Nelson Oyarzún hizo un resumen de cómo se había iniciado el trabajo investigativo del ministerio público y de la Bidema a la vez que manifestó que para la institución es muy importante haber aportado en la alegría que hoy sienten los vecinos de Livilcar. “Quiero destacar el trabajo de la policía de investigaciones de Chile que está al servicio de la comunidad”, subrayó Oyarzún.

La campana tras haber sido sustraída de la iglesia ya está en casa y su sonar volverá a sentirse en todo el poblado para felicidad de sus habitantes.

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